Faltan cinco semanas para que se
termine el año y me llegó la espinita de la reflexión sobre temas recurrentes
en este 2018. Seguramente llegaron a leer este post por el título y ya que
están aquí los invito a leer hasta el final.
Es curioso que cada que conozco
amigxs, y de hecho, fue el año de conocer muchas personas, ahora grandes amistades;
me pasa y me pasó en reiteradas ocasiones las risas por la categoría “Influencer”,
esto por el hecho de tener un blog o compartir ciertas cosas en redes, a lo
cual siempre respondo – Definitivamente NO soy influencer.
Y la reflexión que les comento va
por aquí.
Personalmente la categoría de
influencer pienso que conlleva una responsabilidad muy grande, más allá de la
capacidad que tienen ciertas personas de ejercer una llamada a la acción de sus
usuarios para que consuman tal o cual producto.
Creo firmemente que el influencer
debe ser, ante todo, un ejemplo de persona para sus seguidores. Alguien que tenga
influencia sobre mí para ser mejor ser humano. Y a esto me refiero que: así
como comparten conmigo un vestido que se ve hermoso o un hotel lujoso, también
me inviten a cuestionar sobre realidades que compartimos muchas mujeres en mi
caso, por citar un ejemplo o a debatir sobre temas controversiales.
Me cansé de ver en redes las
publicaciones de amigxs que tienen varios miles de seguidores diciendo que hay
5% de descuento en un par de zapatos de marcas que ni las considero en mi
presupuesto para invertir. Me cansé de ver en redes sociales los comentarios de
amors y en persona te encuentras con alguien que no tiene la cortesía de
saludarte. Me cansé de escuchar historias en Instagram donde el problema más
grande es el cinturón para combinar.
Hace unos meses descubrí en Instagram
la cuenta de una chica de 25 años en España con casi 700 mil seguidores, la seguí
porque me enamoró su fotografía y los vestuarios que compartía, pero más allá de
eso, quiero contarles que gracias a ella retomé el hábito de lectura.
Otro ejemplo que puedo darles, es
el caso de un grupo de amigos viajeros que llegaron a una playa hermosa pero
abarrotada de basura, y dedicaron días enteros a recoger lo más que podía para
limpiar un poquito y compartieron el #Cleanupchallenge. Desde el sur de Asia
hicieron que varios grupos de amigos hiciesen lo mismo desde sus ciudades. ¡¡¡¿No
les parece esto una locura?!!!
Eso mismo es ser influencer, las
personas que tienen la capacidad de aportar un granito de arena para que seas
mejor, más empático, tolerante o que pierdas el miedo a protestar si es necesario
o a aplaudir lo positivo de otras personas, a valorar los artesanos, a proteger
a los animales, a que aprendas y abras tu mente, etc.
Y para eso me falta mucho, por
eso les digo:
Definitivamente no soy influencer.
Obvio q sos influencer! Me apena que estos terminos luego de q se popularizan son tomados de forma negativa! Lo mismo pasó con el ser "blogger". Llego a un punto q había gente que escribia en un blog pero no se consideraba blogger, what? Jajaja Solo porq algunos lo hayan tomado como profesion no significa que son dueños del termino. No se, ya no me acuerdo bien el significado que aprendi en moda, pero actualmente pienso q todos somos influenciadores en mayor o menor medida, claro que cuando tu influencia es pequeñita pasa desapercibida y eso es lo normal. Pero creo q si varios te dicen influencer deberías tomarlo como un halago, significa q estas llegando a más personas q lo normal. No dejemos q los terminos mueran por la gente q los usa mal! ��
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