viernes, 16 de noviembre de 2018

DEFINITIVAMENTE NO SOY INFLUENCER


Faltan cinco semanas para que se termine el año y me llegó la espinita de la reflexión sobre temas recurrentes en este 2018. Seguramente llegaron a leer este post por el título y ya que están aquí los invito a leer hasta el final.


Es curioso que cada que conozco amigxs, y de hecho, fue el año de conocer muchas personas, ahora grandes amistades; me pasa y me pasó en reiteradas ocasiones las risas por la categoría “Influencer”, esto por el hecho de tener un blog o compartir ciertas cosas en redes, a lo cual siempre respondo – Definitivamente NO soy influencer. 

Y la reflexión que les comento va por aquí.

Personalmente la categoría de influencer pienso que conlleva una responsabilidad muy grande, más allá de la capacidad que tienen ciertas personas de ejercer una llamada a la acción de sus usuarios para que consuman tal o cual producto.




Creo firmemente que el influencer debe ser, ante todo, un ejemplo de persona para sus seguidores. Alguien que tenga influencia sobre mí para ser mejor ser humano. Y a esto me refiero que: así como comparten conmigo un vestido que se ve hermoso o un hotel lujoso, también me inviten a cuestionar sobre realidades que compartimos muchas mujeres en mi caso, por citar un ejemplo o a debatir sobre temas controversiales.

Me cansé de ver en redes las publicaciones de amigxs que tienen varios miles de seguidores diciendo que hay 5% de descuento en un par de zapatos de marcas que ni las considero en mi presupuesto para invertir. Me cansé de ver en redes sociales los comentarios de amors y en persona te encuentras con alguien que no tiene la cortesía de saludarte. Me cansé de escuchar historias en Instagram donde el problema más grande es el cinturón para combinar.

Hace unos meses descubrí en Instagram la cuenta de una chica de 25 años en España con casi 700 mil seguidores, la seguí porque me enamoró su fotografía y los vestuarios que compartía, pero más allá de eso, quiero contarles que gracias a ella retomé el hábito de lectura.



Otro ejemplo que puedo darles, es el caso de un grupo de amigos viajeros que llegaron a una playa hermosa pero abarrotada de basura, y dedicaron días enteros a recoger lo más que podía para limpiar un poquito y compartieron el #Cleanupchallenge. Desde el sur de Asia hicieron que varios grupos de amigos hiciesen lo mismo desde sus ciudades. ¡¡¡¿No les parece esto una locura?!!!

Eso mismo es ser influencer, las personas que tienen la capacidad de aportar un granito de arena para que seas mejor, más empático, tolerante o que pierdas el miedo a protestar si es necesario o a aplaudir lo positivo de otras personas, a valorar los artesanos, a proteger a los animales, a que aprendas y abras tu mente, etc.  
Y para eso me falta mucho, por eso les digo:


Definitivamente no soy influencer. 





martes, 20 de marzo de 2018

Todo lo que debes saber del BFW 2018

Segundo año que asisto al Bolivia Fashion Week, BFW, en la ciudad de Cochabamba y he de confesar que en esta ocasión tengo sentimientos encontrados respecto a lo que se vivió estos días de moda nacional e internacional. Hacemos hincapié en las propuestas de los diseñadores nacionales que lograron sobresalir y marcar presencia en una pasarela como esta, que tiene alcance internacional:

Dentro de las presentaciones cabe rescatar el trabajo de ALMA, quien debutó con  su primera colección denominada: “El Laberinto de la fauna”, marca que pretende rescatar la cultura boliviana y expresarla a través del arte; algo que aman este par de creativos (Ariel Canido, diseñador y Marco Arzabe, encargado de la Dirección de Arte).

*Fotografía: Ferdy Cadario






A través de cada una de estas fotografías se puede apreciar prendas que llevan a modo altar especies en peligros de extinción dentro de la fauna boliviana, el jaguar por ejemplo y que quizás muchos de nosotros como bolivianos desconocemos el tema, es por eso que es importante destacar y mencionar que el diseño de modas es también un modo de protesta, de expresar ciertas situaciones que tienen como único fin: el de cuestionar al consumidor. Faldas, pantalones en lentejuelas, bombers y básicas unisex-nos atrevemos a decir- representaron a nuestras especies como el bufeo y la sicurí.
¡Que vivan los amados 80s en esta colección!


Carmen Camacho, AWAJ WARMI junto a sus tejedoras de sueños como ella misma las denomina; ya son 20 años de trayectoria en el mercado nacional, donde lo exclusivo, hecho a mano es lo que prima en cada una de las piezas de Carmen y su equipo, en esta versión nuevamente logró conectar nuestra cultura y costumbres a través de su colección donde predominan los tejidos andinos, larga vida a lo hecho a mano. Y si hablamos de comercio justo a lo que ahora se denomina "slow fashion", que no es otra que la creación de prendas dentro de mayor calidad y exclusividad generando consciencia en el consumo y en este caso demuestra que el contenido cultural es lo que diferencia a Carmen del resto. De Bolivia pal mundo:

*Fotografía: Andres Herbas








Después del copie descubierto de Rosita Hurtado (https://www.youtube.com/watch?v=qH3GD8NBU3M), nos quedamos con la colección “Love for Love”, por fín alguien dentro del diseño nacional se animó a incluir traje de dos piezas pero para novias, para esas que aún creemos en amores libres sin importar cual fuere nuestra preferencia sexual y/o al menos eso fue lo que captamos nosotras, solo nos queda decir: ¡BRAVO! porque a esto le llamamos inclusión, mi amor.

*Fotografía: Ferdy Cadario











Aquellos que asistimos como medios de información para el público lector que sigue este tipo de plataformas, quizás porque no tiene la posibilidad de asistir a este tipo de eventos, es importante informarles y transmitir las experiencias recolectadas y por supuesto que existen puntos que al paso del tiempo se deben corregir y es de estas mismas críticas que se obtienen mejores resultados. Como sabemos, el BFW es cultura, turismo, diseño, incentivando el consumo a lo nuestro y no podemos dejar de obviar y mencionar ciertos temas en concreto respecto al BFW, como por ejemplo: ORGANIZACIÓN,  sabemos que para nosotros los bolivianos, la puntualidad no es nuestro fuerte, pero no está demás seguir trabajando en ello, y dejar de lado esa mala costumbre y falta de respeto hacia los asistentes que cumplen con el horario pactado en invitación ( y más aún a los que pagan por el ingreso) con una espera que supera la hora y media. Al menos para nosotras, no es nada grato, ¿Qué dice el público?

Si bien es cierto, existieron acreditaciones para quienes asistimos como bloggers y/o prensa, personalmente no puedo quejarme porque recibí un buen trato por parte del equipo de protocolo, pero fui testigo de malos tratos por parte de una de las cabezas del evento hacia los invitados que se tomaron la delicadeza de pagar una entrada para incentivar y apoyar a nuestros diseñadores, pero este tipo de actitudes las consideramos reprochables, inaceptables que no deberían repetirse en lo más mínimo.




En la versión pasada ya habíamos comentado sobre la cantidad excesiva de cuadros con desfiles de niños y niñas; nos parece una sobre exposición en una industria que es muy competitiva y hostil, y no podemos dejar de lado el desfile de perros - que no sé para ustedes - pero para nosotras es maltrato animal (porque están sometidos a estrés por el ruido y luces).




Nos atrevemos a escribir esto porque creemos en un evento como este y es importante informarse y entender que el diseño de modas en nuestro país debe dejar de ser un show de espectáculo, hecho para ser difundido en revistas de sociales, periódicos con los mejores vestidos o no, porque debe ser visto como lo que es, y este abarca temas desde un punto de vista cultural, social, identidad, turístico, educación pero sobre todo económico y todo lo que esto conlleva, como ser: divisas o fuentes de trabajo, porque gracias a un evento como el BFW, Bolivia se encuentra en la mira de la comunidad internacional y quizás en un futuro se torne un referente en diseño.

Fotografías: Andres Herbas y Ferdy Cadario


Redacción: Alejandra Crespo  y Claudia Sanchez